- El viernes pasado encontró a la ciudad estadounidense de Nueva York saturada de impaciencia, ansias y curiosidad por parte de cientos de personas que amanecieron con la misma idea con la que se acostaron la noche anterior: comprarse la vedette de la telefonía celular, el famoso iPhone.
- Sin embargo, no todos querían hacerse de esta nueva tecnología telefónica –que permite hablar por teléfono, escuchar música y navegar sin cables por Internet, tomar fotografías y reproducir videos- para disfrutarla.
- Algunos prefirieron pagar los US$ 600 que cuesta el aparato simplemente… para romperlo.
- Sí. Es que el fabricante del iPhone, Apple, se mostró desde el primer momento esquivo a informar sobre quiénes construyeron los diferentes dispositivos con los que cuenta la nueva joya electrónica, por lo que hubo quienes optaron por desarmar el aparato movidos por una curiosidad impostergable.
- Por supuesto que darse maña para desarmar un aparato con tamaño nivel informático no significa que luego pueda volver a armarse sin dificultad.
- De hecho varios quedaron absolutamente estropeados.
martes, 3 de julio de 2007
iPhone lo compro para destruirlo
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